Durante la gira del equipo de Geroa Bai Argentina por la capital navarra, mantuvimos un encuentro con Pello Pellejero Goñi (Pamplona-Iruñea, 1961). Periodista de amplia trayectoria, desde el año 2015 es Director General de Comunicación y Relaciones Institucionales del Gobierno de Navarra. Nuestra conversación, que aquí compartimos, versó acerca de las relaciones de la Comunidad Foral de Navarra con la diáspora navarra en el exterior y con las instituciones de la Unión Europea.
La reapertura de una nueva oficina para la Delegación de Navarra en Bruselas, así como el ingreso de la Comunidad Foral a la Eurorregión Euskadi-Aquitania reflejan la voluntad del gobierno actual de tener lazos más fuertes con las instituciones europeas. Desde Relaciones Institucionales, ¿cómo se piensa la relación entre Navarra y Europa? ¿Y cómo favorece a Navarra el ingreso a dicha Eurorregión?
Nuestra gestión parte del diagnóstico de que, en los últimos años, Navarra ha dado la espalda a determinadas instancias del exterior, tanto dentro de Europa como en otros ámbitos. O, como mínimo, que ha tenido una presencia un poco timorata en determinados foros. Por ello, desde el principio de esta administración – como viene especificado en el acuerdo programático que posibilitó la formación de este gobierno- se ha realizado la apuesta clara por una mayor apertura y una mayor actividad en el ámbito europeo; apuesta que cristaliza con la apertura de una nueva Delegación del Gobierno de Navarra en Bruselas.

Pello Pellejero, Director de Comunicación y Relaciones Institucionales. Fuente: Gobierno de Navarra
Hasta ahora habíamos compartido la Delegación con la representación permanente de España, dentro de las oficinas que pone a disposición de las Comunidades Autónomas; pero ese espacio nos ha quedado pequeño ahora que nuestra actividad es mayor. Estamos tramitando, entonces, la gestión de una nueva sede, la nueva sede de Navarra en el corazón de Europa. Creemos firmemente que allí es donde debemos estar, como ya están también otras comunidades del Estado Español con ambición de tener una presencia activa en la Unión Europea.
En definitiva, esta es la filosofía que nosotros queremos llevar adelante y transmitir: tener una presencia sin complejos en Europa, y adquirir una posición más firme que la que teníamos hasta ahora. La consecución de ese objetivo pasa naturalmente por reforzar nuestra presencia en Bruselas, pero pasa asimismo por algo muy importante: posicionarnos regionalmente en Europa. Y eso nos lo da la pertenencia a una Eurorregión.
La Eurorregión es técnicamente una AFT, la figura jurídica que precisamente Bruselas promueve e impulsa a la hora de establecer los criterios de reparto de fondos europeos. En ese sentido, la entrada de Navarra, o mejor dicho la vuelta de Navarra a ese ámbito que hoy en día constituye una Eurorregión –pues recordemos que en el año ’92 Navarra ya había firmado un protocolo de colaboración con Euskadi y Aquitania- da cuenta de la vocación de integrar un espacio europeo transfronterizo que nos de otra posición en Europa.
Por un lado, desde un punto de vista pragmático, creemos la pertenencia a esta estructura refuerza la posición tanto socioeconómica como política de Navarra dentro de Europa. Y por otro lado, así recuperamos un ámbito de colaboración dentro de un espacio territorial al que nos une la historia, la cultura, la lengua, las relaciones económicas y los vínculos transfronterizos. Además de un ser un espacio útil para la colaboración transfronteriza en torno al Pirineo, la nueva Eurorregión nos permite acceder a un ámbito de cooperación de una extensión territorial mucho más amplia, que llega incluso hasta La Rochelle. Tengamos en cuenta que Aquitania se ha beneficiado recientemente de una reorganización administrativa en el Estado Francés y ha crecido hacia el norte, con la incorporación de núcleos urbanos importantes, como La Rochelle o Poitiers.
Además, nos hemos integrado en un momento de expectativas interesantes, en un entorno territorial europeo de 9 millones de habitantes. Eso nos da una posición fuerte. Y esa es la voluntad que tiene Navarra en lo que son sus relaciones exteriores: no quedarnos a las faldas de un lado de los Pirineos, sino mirar hacia Europa; sin complejos y buscando fortalecernos desde la filosofía colaborativa con otras regiones del entorno, con las cuales compartimos inquietudes y estructuras sociales, económicas y universitarias complementarias. Se trata de unos ámbitos de colaboración que francamente nos parecen fascinantes.
El pasado mes se realizó la primera participación del Gobierno de Navarra, como tal, en un festejo de la diáspora vasca. ¿Cuál es la visión del gobierno navarro acerca de la relación con las instituciones de la diáspora navarra en Argentina, tanto centros navarros como euskal etxeas? ¿Cómo buscan estructurar el contacto entre Navarra y Argentina en ese sentido?
En esta legislatura, lo que estamos intentando es proyectar una visión integradora de la diáspora navarra. Esto significa que, en nuestra visión, la diáspora navarra es un conjunto extenso de personas, asociadas en diversas agrupaciones, que pueden ser exclusivamente navarras, vascas, o de otra naturaleza –pues hay navarros en todo tipo de movimientos asociativos. Sabemos que muchos de ellos están tanto en casas navarras como en las vascas, pues no contemos con datos exactos y sea muy difícil recabar información precisa, la evidencia histórica nos dice que se han integrado en estas asociaciones. En coherencia con esto, queremos estar donde sea que la diáspora navarra se haya desarrollado, tanto en las instituciones que se identifican con la diáspora vasca como en las que no lo hacen. Nos gustaría explorar vías de relación con toda nuestra diáspora en Argentina; abrir líneas de encuentro y contacto tanto con las casas navarras y como con aquellas casas vascas donde haya navarros. Es nuestra línea de trabajo.
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