Casi tres años han pasado desde que Uxue Barkos, gracias al acuerdo programático entre cuatro partidos, llegara a liderar el Gobierno de Navarra; momento que como muchas veces señalamos significó un hito en la historia política de la Comunidad Foral. Desde ese día, en este espacio hemos procurado difundir y reivindicar la gestión del Gobierno del Cambio, firmemente convencidos de que su trabajo contribuye a mejorar la vida de todos los navarros y navarras. Dicha seguridad no está exclusivamente basada en nuestros valores y convicciones (representados en la acción política de Geroa Bai), sino asimismo en la capacidad de gestión que han demostrado Uxue Barkos y demás integrantes del Gobierno de Navarra. En este artículo intentaremos exponer algunos de los logros conseguidos por esta administración, incentivos adicionales para seguir creyendo que Geroa Bai representa la alternativa política más apropiada para Navarra.

Uxue Barkos al momento de su toma de posesión como Presidenta de Navarra. Fuente: Parlamento de Navarra
Los desafíos a los cuales Geroa Bai se enfrentó al momento de asumir el gobierno navarro -mediados de 2015- eran múltiples y variados. Existían fuertes expectativas acerca de la capacidad del nuevo gobierno -cuya piedra basal, recordemos, era el acuerdo entre cuatro fuerzas políticas- para transformar las políticas públicas y responder a las demandas ciudadanas. El proceso de reactivación económica, la protección de los derechos sociales de la población navarra, la inclusión de aquellos sectores políticos e identitarios marginados durante años por los gobiernos de UPN, la gestión de la diversidad lingüística, el lugar que debería ocupar Navarra en Europa… cuestiones numerosas y relevantes.
En primer lugar, cuando el Gobierno del Cambio entró en funciones una de las preocupaciones de mayor importancia para la ciudadanía era la recuperación de la crisis económica y la sostenibilidad de las cuentas públicas. En relación con ello, es necesario destacar cómo, contradiciendo los pronósticos apocalípticos realizados por los grupos de la oposición, en el transcurso de estos casi años de gobierno los indicadores económicos han mostrado fuertes señales de avance. En este sentido, un punto a señalar es el crecimiento sostenido de la actividad económica navarra durante todo el periodo. De acuerdo con datos del Instituto de Estadística de Navarra, el PBI de la Comunidad Foral aumentó en términos interanuales un 3.3% en 2015, un 2.7% en 2016 y un 3.2% en 2017; y se espera, de acuerdo con el Vicepresidente de Desarrollo Económico Manu Ayerdi, que el nivel de variación se mantenga en torno al +2,7% para el año 2018. Estos números reflejan niveles de crecimiento similares al periodo anterior a 2008 y auguran la continuidad del proceso de recuperación post-crisis.
Por otro lado, también es preciso subrayar el saneamiento de las cuentas públicas alcanzado por el Gobierno de Navarra durante este periodo. Así, tras cerrar el 2015 con un 1,4% de déficit fiscal, y reducirlo a la mitad en 2016; en el año 2017 el Gobierno de Navarra logró obtener un superávit en las cuentas públicas de un 1,2% (241 millones de euros). Así, Navarra se ha transformado en una de las únicas tres comunidades del Estado que han alcanzado el superávit fiscal, el segundo en términos absolutos tras la Comunidad Autónoma Vasca. Asimismo, es la primera vez desde el año 2007 -esto es, desde antes de la crisis- que la Comunidad Foral recauda mayores recursos económicos de los que gasta; situación que le permite al Gobierno comenzar el año 2018 sin la necesidad de emitir deuda pública y contribuir así a la reducción de su pasivo.
No hay que olvidar que el balance de las cuentas públicas no se ha obtenido en base a políticas de austeridad ni al recorte del gasto estatal. Se basa en el aumento de la recaudación fiscal (en la cual la reforma fiscal realizada por el Gobierno del Cambio en 2015 ha jugado un papel clave) y al acuerdo logrado el año pasado con el Gobierno de España para actualizar el Convenio Económico y restituir a la Comunidad Foral más de 200 millones de euros que ésta había sobrepagado en los últimos años. De hecho, el monto de los Presupuestos Generales de Navarra han aumentado desde 4.005.305.026 euros en 2016, a 4.061.878.879 euros en 2017 y hasta 4.164.135.407 euros destinados para 2018, lo cual representa un aumento de gasto público acumulado del 4%.
Y gran parte de ese gasto estuvo destinado a otro eje de la administración del Gobierno del Cambio, las políticas sociales. Como referencia, en los Presupuestos Generales del año 2017 el 28,1% de los recursos se destinaron el área de Salud y el 17,27% a Educación. Entre los instrumentos jurídicos más importantes impulsados por el Gobierno de Navarra durante esta gestión se encuentran la Ley Foral de Inclusión y Renta Garantizada, que permitió aumentar el número de familias asistidas a casi 13.000 (un 48% más que antes de la llegada de Uxue Barkos), y la Ley Foral de Vivienda; a los que se suma la elaboración del Plan de Inclusión 2017-2021 (el primero en veinte años) o la activación del el Plan de Vivienda de Alquiler/Navarra Social Housing (que cuenta con un presupuesto de 80 millones de euros, que serán financiados a través de un convenio con el Banco Europeo de Inversiones).
También se ha atacado otro de los problemas acuciantes de la sociedad navarra a partir de la crisis, como es el desempleo. Según el Instituto Navarro de Estadística, en el tercer trimestre de 2015, cuando la administración de Uxue Barkos daba sus primeros pasos, la tasa de paro se situaba en el 13.57%; mientras que en el último trimestre de 2017 esa tasa ha disminuido hasta el 9.63%. Nótese que esto hace de Navarra la Comunidad con menor cantidad de paro del Estado y la única que ha logrado reducirlo a un dígito porcentual por primera vez en una década. En esta línea, también es destacable que, según un informe presentado en octubre del año pasado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español, la Comunidad Foral de Navarra constituye la autonomía con menor cantidad de personas en riesgo de pobreza (13%) del Estado.

Uxue Barkos en Lesaka durante la celebración del último Nafarroa Oinez. Fuente: Noticias de Navarra
Un área en el cual el Gobierno de Uxue Barkos se ha mostrado especialmente activo es la política lingüística y la protección y difusión del euskera. Contrariamente a lo realizado por gobiernos anteriores -que han legislado y actuado en contra de la lengua propia de Navarra- Geroa Bai se ha propuesto garantizar el derecho a aprender y utilizar este idioma en todo el territorio navarro. Así, se ha extendido -como indicaba la Ley Foral del Euskera de 1986- la oferta de plazas educativas del Modelo D (aquel donde la enseñanza se realiza en idioma vasco) a la «zona no vascófona»; se ha aumentado el presupuesto de Euskarabidea de 2,17 millones de euros en 2015 a 6,22 millones de euros en 2017 (lo que ha permitido incrementar las ayudas publicas a la enseñanza personas adultas, los medios de comunicación en euskera u organizaciones que realicen actividades de fomento o difusión); se ha garantizado el derecho de la población vascófona de Navarra a acceder a medios de comunicación en esa lengua con la regularización de la captación de EITB y Euskal Herria Irratia; y se han firmado sendos convenios con Eusko Ikaskuntza y Euskaltzandia.
De forma más general, y a diferencia de los gobiernos anteriores -que han procurado imponer una imagen homogénea y antivasquista de la Comunidad Foral, vulnerando así los derechos de una parte de la sociedad navarra-, una de las tareas fundamentales de este gobierno ha sido proteger y respetar la pluralidad de identidades de su ciudadanía. En esta línea se explican iniciativas como la derogación de la preexistente Ley de Símbolos o la normalización de las relaciones con la Comunidad Autónoma Vasca a través de un convenio de colaboración específico.
No podríamos cerrar este artículo sin hacer referencia a los avances realizados en un sector que nos compete especialmente: las relaciones internacionales de Navarra. Aunque desde este espacio hemos insistido en varias ocasiones sobre ello, no está de más recordar decisiones como la reapertura de una Delegación propia de la Comunidad Foral en Bruselas, para la gestión de todos los asuntos relacionados con la Unión Europea, o la reorientación de la política relativa a los navarros y descendientes de Navarros en el exterior, a través de la cual se ha intentado visibilizar e incluir a sectores que habían sido ignorados en administraciones anteriores. Nos referimos a los navarros que integran Euskal Etxeas a lo largo y ancho del mundo y especialmente en nuestro país, gracias a los cuales, por ejemplo, el Gobierno de Navarra ha podido participar en eventos que nuclean miles de personas como Buenos Aires Celebra al País Vasco. Otro hito importante en materia de relaciones exteriores ha sido el ingreso a la Eurorregión conformada por la Comunidad Autónoma Vasca y la Región de Nueva Aquitania; espacio de cooperación transfronteriza que abre nuevas oportunidades en materia económica, turística, educacional, lingüísitica…

Uxue Barkos, Alain Rousset e Íñigo Urkullu durante una reunión de la Eurorregión Nueva Aquitania-Euskadi-Navarra realizada en marzo de 2017. Fuente: Orain
Aunque hemos obviado áreas de interés y sería posible seguir enumerando y citando ejemplos de la acción política del Gobierno que lidera Geroa Bai desde mediados de 2015, el objetivo de este artículo era reseñar de forma esquemática los resultados obtenidos por la administración de Uxue Barkos en tan solo unos años de gestión. Resultados que refutan las críticas aciagas y la presión de los grupos de oposición y ciertos medios masivos de comunicación de la Comunidad Foral. Resultados obtenidos a través del consenso con otras tres fuerzas políticas y siguiendo el acuerdo programático firmado en 2015. Resultados, en fin, que aunque no minimizan los problemas y demandas aún existentes entre los ciudadanos navarros, invitan a pensar con optimismo y a creer que el trabajo realizado por Geroa Bai en pos de la calidad de vida de los navarros y las navarras no ha hecho más que comenzar.
Alejo Conti.