El pasado 9 de mayo se conmemoró un nuevo aniversario de la Declaración Schuman, uno de los antecedentes más importantes del proceso de la integración europea. Por eso, desde 1985 dicho día se considera el «Día de Europa». En línea con ello, compartimos los comentarios realizados en aquella oportunidad por Uxue Barkos, Presidenta de Navarra, junto con una entrevista realizada a Mikel Irujo, Delegado de Navarra en Bruselas; declaraciones que refuerzan el compromiso del Gobierno del Cambio con las instituciones de la Unión Europea.

Uxue Barkos, Presidenta de Navarra. Fuente: Noticias de Navarra
El día 9 de mayo, la Presidenta del Ejecutivo foral ha intervenido en la clausura de la jornada organizada por la Universidad Pública de Navarra (UPNA) con motivo del Día de Europa. En dicho acto, Uxue Barkos ha apostado por «impulsar un debate abierto para que Navarra aporte su opinión, u opiniones, sobre el futuro de la Unión Europea«, ya que Europa«somos todos y todas y también tenemos nuestra responsabilidad en el objetivo de lograr un continente más próspero, más solidario y unido en la diversidad».
Asimismo, ha recordado que «un día como hoy hace sesenta años se creó en Roma la Comunidad Europea, origen de lo que hoy es la Unión Europea» y que «treinta años después nacía la propia UPNA al mismo tiempo que la UE hizo pública su primera convocatoria del Programa Erasmus, con sus objetivos de dimensión internacional, multilingüismo, igualdad y solidaridad, y seguridad y protección de sus participantes».
Precisamente, ha destacado, «el balance de este recorrido y el futuro que se le plantea a la UE tienen un referente en el Libro Blanco, presentado el pasado 1 de marzo, por la Comisión Europea». Para la presidenta de Navarra, «el documento ofrece un balance real, basado en datos y estadísticas, sobre lo que representa Europa en el mundo y ofrece también un objetivo claro, hacer una Europa más resiliente y preparada para el futuro».
Otro aspecto subrayado por la Presidenta de Navarra es «el liderazgo mundial de la UE en gasto social, con una media del 28% del PIB invertido en esta materia, es decir, muy por encima del 23% de Japón, del 18% de EEUU, del 17% de Canadá y a años luz del apenas 6% de China».
En el aspecto negativo, ha aludido a «la existencia de una crisis de identidad europea que se perpetúa en el tiempo, una gestión deficiente de diferentes crisis como la económica y la humanitaria que han generado una desafección hacia la Unión Europea y sus instituciones que no podemos ignorar» y frente a la que ha apostado por «reflexionar y posicionarnos sobre qué Europa queremos y sobre qué vamos a hacer».

Mikel Irujo, Delegado de Navarra en Bruselas. Fuente: Noticias de Navarra
Por otro lado, el día 28 de mayo el Diario de Noticias de Navarra publicó una interesante entrevista con Mikel Irujo, quien desde 2015 encabeza la Delegación de la Comunidad Foral de Navarra ante la Unión Europea, ubicada en Bruselas.
Exeurodiputado de Eusko Alkartasuna, doctorado en Derecho Administrativo Europeo y con experiencia en el sector privado al haber sido encargado de licitaciones para la editorial Aranzadi, fue nombrado nuevo delegado en Bruselas en agosto de 2015. Estos años ha desempeñado su trabajo en las instalaciones de la Representación Permanente Española (REPER) ya que la anterior oficina con la que contaba Navarra fue clausurada en el año 2012. A pesar de que sólo tiene palabras de agradecimiento para el apoyo prestado por la REPER, defiende en esta entrevista la necesidad de que Navarra vuelva a contar a partir de ahora con una representación propia como modo de otorgar visibilidad y reconoce que la administración Foral tiene mucho por hacer si se compara con otras regiones europeas.
¿Tener una oficina propia en Bruselas va a llevar aparejado un incremento de su personal?
-Esta oficina, como cualquier otra oficina, debe tener una continuidad y no la tiene. Por el sistema de rotación de delegado. Cada vez que nombran uno nuevo es vuelta a empezar. No sólo por un cambio de Gobierno, a veces también surgen nuevas oportunidades profesionales. En mi caso fui nombrado de un día para otro. Siempre he dicho que mi predecesor, Ignacio Baleztena, elaboró un informe muy detallado de la actividad que había realizado, las actividades futuras, los retos a corto plazo de la Delegación…, pero no es lo mismo porque es vuelta a empezar. Si nos comparamos, por ejemplo con La Rioja, que es una comunidad con un tamaño de la mitad de Navarra, tiene dos personas con perfil técnico en Bruselas aunque una de ellas actúa como delegada. Además, en Logroño existe la figura del director de asuntos europeos. En Navarra este cargo no existe. Ahora tenemos el borrador de las prioridades 2020 (objetivos de crecimiento que llevan aparejados la financiación de proyectos), yo me estoy encargando de elaborar una estrategia para que cuando haya una convocatoria podamos tener el terreno preparado. Esta tarea correspondería a un director de Acción Europea en Pamplona, pero esta figura no existe.
Entiendo entonces que está intentando mejorar la coordinación de la oficina con los departamentos de la administración foral. No sé si le ha pasado que muchas personas que trabajan en la Administración desconocen que Navarra tiene un representante en Bruselas o que no saben muy bien a qué se dedica
-Para contestar esta pregunta voy a poner un ejemplo. Cuando llegué al cargo, Podemos encargó un informe a la Cámara de Comptos sobre el trabajo de la delegación que se publicó en el año 2015. Ese informe dice que todo se había hecho de manera correcta, pero que la oficina siempre había carecido de unos objetivos escritos, ni de un balance de actividades salvo un año. En 2016 se aprobó el plan de acción europeo y esto es importante porque deben saber por qué estás aquí. A Navarra nos separa un abismo con otras comunidades autónomas. El País Vasco, por ejemplo (cuenta con una delegación de nueve personas) lleva 35 años en Bruselas de acción exterior coordinada con planes y objetivos. Eso implica que la cultura de cooperación exterior extendida en todos los departamentos. Esa cultura no existe en Navarra, nunca ha existido. Por eso hay que trabajar mucho en Pamplona.
Me pone como ejemplo el tema del País Vasco. ¿No cree que en el debate sobre las delegaciones de las comunidades autónomas en el exterior también han estado presentes cuestiones de gran calado político como por ejemplo las oficinas de Catalunya en el exterior y el desafío soberanista? Las oficinas se han visto como un despilfarro.
-No tiene nada que ver. Conocí cuando estaba en el Parlamento Europeo a José Manuel García Margallo (fue eurodiputado antes de ministro). Le encantaba discutir y a mí también. Cuando él sacó la ley de acción exterior y dice que corresponde únicamente al Gobierno Central denota un desconocimiento enorme sobre la actividad regional. Perdón, pero no tiene una idea. Una cosa es la acción exterior diplomática y comercial que debe estar coordinada aquí con la embajada. Si queremos verlo como un mercado, el mercado regional son 500.000 millones de euros entre los fondos estructurales y diferentes redes para conseguir financiación para diferentes proyectos. Hay casi 1.500 redes en Bruselas. Hace dos semanas vino a Bruselas Biomed para participar en un panel de medicina personalizada, porque somos bastante punteros en Europa. No nos invitan porque sí. Si estás sentado en tu casa, no te llama nadie. El anterior ministro sembró la semilla de la discordia que produjo este debate pero el Tribunal Constitucional ya había amparado en una sentencia las funciones de las comunidades autónomas en el exterior. También habría que analizar la coordinación entre las comunidades autónomas y el gobierno central, porque no nos enteramos de nada.
¿Pero esa falta de coordinación se debe al diferente signo político entre el Gobierno Central y algunas comunidades autónomas o falta una estructura?
-Nos falta una estructura clarísima y ahí lo dejo. Lo que sé es que en otros países la relación es mucho más fluida y que en la Representación Permanente española falta antena comercial.
Una de las prioridades es un papel más activo de España en el Comité de las Regiones. Muchos de los ciudadanos ni siquiera saben que existe esta institución. Además, tiene un carácter meramente consultivo. ¿Por qué es importante el papel de Navarra?
-El Comité de las Regiones ha estado muy abandonado por los gobiernos anteriores. De hecho, en 23 años de existencia hemos sido por primera vez ponentes Navarra en un informe. Es consultivo pero tiene su influencia. Con cada informe que haces la Comisión Europea tiene la obligación de escucharlo y leerlo. Cuando presentamos el informe de S3 (especialización inteligente), allí estaba la jefa de unidad de la Comisión y eso da visibilidad. ¿Alguien duda que debamos tener presencia en Naciones Unidas? Es también un organismo consultivo. La importancia de tener presencia institucional también conlleva tener un sello propio.
¿Cuál es la imagen de Navarra en Bruselas? ¿Cuál es nuestro sello?
-Estamos en el grupo de regiones más avanzadas, en la red de regiones más innovadoras de Europa. Estamos en ese tren, en primera división, pero no en zona puntera. A mitad de tabla, pero en primera división que no es poco. Nuestros ámbitos son la energía, medicina y tecnologías claves como la nanotecnología. Tenemos un enorme potencial. Para que te consideren una región puntera hay que tener tres hélices: un gobierno con iniciativa, en diálogo fluido con centros tecnológicos y educación superior y con la industria. Esa triple hélice existe y es fluida, aunque siempre es mejorable.
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha calificado como “crisis existencial” el momento que vive el proyecto de integración europeo. Se espera que el 19 de junio comiencen de manera oficial las negociaciones del brexitentre Reino Unido y Bruselas. ¿Cómo afecta a Navarra?
-Yo creo que las crisis existenciales son endémicas en el proyecto europeo. El peso específico de Europa en el mundo está cambiando y eso siempre provoca crisis. Las regiones nos hemos movilizado para ver cómo nos afecta el brexit, aunque la negociación depende de los Estados miembros A nosotros el brexit nos afecta de manera fuerte. El año pasado exportamos bienes por valor de 602 de euros. En su gran mayoría, más de la mitad componentes de automoción, 209 millones de productos agroalimentarios. ¿Por qué nos importa más? Porque las importaciones de Reino Unido no alcanzaron los 150 millones. Es el país con el que tenemos una mejor balanza comercial. Esto sí duele.
Fuente: Noticias de Navarra, 9 y 28 de mayo.